viernes, 23 de octubre de 2009

Todo se Transforma




Hoy siento, más que nunca, que "lo que hacemos" vale la pena.
Aunque muchos no lo vean, aunque tantos no lo entiendan,
aunque muchos otros, nos teman.
Aunque sea algo tan invisible o insignificante, para tantos.
Aunque también sea, para algunos, una manera de hacer solidaridad
entre otras posibles. Y sea titulado, "lo que hacemos" con palabras tan diversas, como apoyo, contención, o simple entretenimiento, pasatiempo, diversión para los chicos, espacio de descarga, asistencialismo, y otros tantos apodos que escuché en esta corta historia de trabajo de nuestro hermoso grupo.
Es un proyecto muy valioso el que estamos sosteniendo, al que queremos seguir viendo crecer, porque es tan nuestro, tan de todos.
Porque seguimos aprendiendo la manera de combinar y retro-alimentar la reflexión y la acción con las personas-itas que viven en nuestro entorno más cercano, la villa. Y supimos ir construyendo, no sin dificultades, un vínculo con el barrio, fuerte, fuertísimo, doloroso, mágico, con respeto, con curiosidad, con ansiedad, con libertad, con profunda felicidad.
Y seguimos intentando generar un espacio diferente, donde no regalamos nada, donde no ponemos nota, donde no nos copiamos, donde “no pegarse y no ser atrevido”, son las reglas de oro que inventamos entre todos.
Y recuperamos el valor del juego, del arte, de la asamblea, del compartir la merienda, del escucharnos, del ayudar a los más chiquitos, nada más transparente y peligroso que esto. De esto se trata nuestra lucha cotidiana, nuestra militancia.
Esto es y seguirá siendo una búsqueda. Buscamos manos, buscamos respuestas, buscamos preguntas. Buscamos desafíos y muchas veces también, buscamos ayuda.
Y encontramos hoy, reflejados en esos ojitos y ojitas, en esas miradas y en esos piesqueabrazan bocasquesaltan manosqueríen, los motivos para seguir andando.
Lo que pensamos es lo que hacemos, que es posible ponerle alas a este espacio de educación -léase liberación, apertura, no domesticación- para los chicos, que son de todos relativamente, porque no son de nadie completamente. Estas vidas nuestras, y esas vidas de todos ellos y de todas ellas, se encuentran en este espacio creado, en donde ya no hay un nosotros y un ellos, porque es aquí donde nos encontramos de verdad. Con sus deseos, con nuestras esperanzas, con sus ideas, con nuestras soledades, con nuestras dudas, con nuestro hambre, con sus certezas, con sus aprendizajes, con imaginación… y con algo nuevo bajo el sol…
Gracias a ustedes, a cada uno y cada una de ustedes, por haberme enseñado a que vale la pena jugar y bailar, llorar y asustarse, indignarse y enamorarse, siendo parte de esta experiencia tan intensa como simple, porque se sostiene en el amor por lo que hacemos.
Hoy más que nunca, sé que vale la pena encontrarse, y que hay mucho, mucho, mucho más por hacer.




Juli








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